Primeros días en Bilbao y en la Fundazioa, entre aleluyas, animaciones de paseantes, talleres muy divertidos de finlandeses y gabinetes de curiosidades a los que nos asomamos, rosquillas de Ledesma, buhardillas...
Y así comienza la siguiente etapa de esta residencia. Llegamos a BilbaoArte Fundazioa para continuar trabajando en el proyecto en una corta semana, marcada por los festivos de Semana Santa. Este impás permite tener unos primeros días de trabajo en los talleres de la Fundazioa seguidos a otros libres, propicios para recorrer un poco la ciudad
El Casco Viejo redobla con tambores y vientos de múltiples procesiones. Capirotes descalzos marchan y peregrinan bajo la lluvia nocturna, atrayendo nuestra mirada y la de la muchedumbre. La ría, entre puentes y escaleras que son caminos inevitables en el ir y venir, marca el camino a la vez que divide en sus dos márgenes la ciudad. Hierro como papel serpenteante, ostras, grandes formas de piedra y hormigón, enormes arañas. ¿Hemos cerrado las claraboyas?
