Desde el principio consideramos que no podíamos afrontar la experiencia de Inmersiones desde la forma que tenemos de afrontar los encargos independientes. De manera natural y consensuada apostamos por el proceso como un mediador entre ambas partes, tanto como una herramienta metodológica, como una herramienta de conversación. Así nuestras charlas toman dos direcciones, en las que se utiliza la palabra y en las que el dibujo se convierte en el vehículo de la conversación.
Las conversaciones dan forma a lo que hacemos y lo que hacemos guían nuestras conversaciones.
Esta residencia que compartimos tiene un factor inamovible, la distancia y el entorno virtual. Consideramos muy importante el trabajo físico y nos esforzamos en crear escenarios en los que las distancias se acorten y la materialidad esté por encima de lo digital.
Sabrina en una de las últimas reuniones habló de la importancia de la postura para dibujar, se necesita encontrar la comodidad para que la mente y el la mano estén conectadas. Miguel lo intenta.